Este año tengo varias bodas, así que de aquí a finales de septiembre os iré enseñando los modelitos que he seleccionado.
A veces, escoger vestido para una boda puede convertirse en toda una pesadilla. Entran en juego muchos factores: si es de día o de noche, posibilidad de utilizar lo que ya tenemos (bien el vestido o los complementos) para ahorrar un poco, que el presupuesto que nos hayamos marcado se ajuste a lo que nos gusta, etc.
Yo este año he tenido una suerte impresionante. He encontrado vestidos muy bonitos a buen precio (alguno, incluso de ganga) y he podido reutilizar los complementos.
En este sentido, no podemos descartar nada: puede que en Max Azria (aquí encuentras algo seguro) encuentres un precio medianamente razonable en rebajas o cabe la posibilidad de que entres en Mango y tengas un flechazo con un vestido estupendo que no supera los 50 euros. Como fue mi caso para la boda que tenía en julio. Mango, menos de 40 euros, color coral -muy de moda- y corte tremendamente favorecedor.
Los complementos eran reciclados, pero encajaban muy bien: sandalias de hace dos temporadas de Hoss Intropia y el clutch seguro que os suena. Es el del puño americano con las calaveras... un toque macarrilla al conjunto formal (un toque tan macarra que el seguridad del escáner de la estación me preguntó que por qué llevaba un puño americano en la maleta, ejemmm, ajajajja, quise que me tragara la tierra!).
El bolso y los zapatos no hacían juego, pero ni falta que hace... las normas, a veces, están para saltárselas.
Si os dáis prisa, lo mismo queda algún que otro vestido. Ya rebajado, ¡¡el precio tiene que ser la repera!!
Y vosotr@s, ¿tenéis algún truco para ceñiros al presupuesto en bodas?
¡Un abrazo!
